R T France El Evangelio de Mateo: El Nuevo Comentario Internacional del Nuevo Testamento (Eerdmans, 2007).
- Desde el punto de vista racial, el área del antiguo Reino del Norte de Israel había tenido, desde la conquista asiria en el siglo VIII a. C., una población más mixta, dentro de la cual las áreas judías más conservadoras (como Nazaret y Cafarnaúm) se encontraban muy cerca de ciudades mayoritariamente paganas. de los cuales en el primer siglo los nuevos centros helenísticos de Tiberíades y Séforis fueron los principales ejemplos.
- Geográficamente, Galilea estaba separada de Judea por el territorio no judío de Samaria, y de Perea en el sureste por los asentamientos helenísticos de Decápolis.
- Políticamente, Galilea había estado bajo administración separada de Judea durante casi toda su historia desde el siglo X a.C. (aparte de un período de “reunificación” bajo los macabeos), y en la época de Jesús estaba bajo un príncipe herodiano (supuestamente) nativo, mientras que Judea y Samaria habían estado desde el año 6 d.C. bajo el gobierno directo de un prefecto romano.
- Económicamente, Galilea ofrecía mejores recursos agrícolas y pesqueros que el territorio más montañoso de Judea, lo que hacía que la riqueza de algunos galileos fuera la envidia de sus vecinos del sur.
- Culturalmente, los judíos despreciaban a sus vecinos del norte como primos campesinos, y su falta de sofisticación judía se veía agravada por su mayor apertura a la influencia helenística.
- Lingüísticamente, los galileos hablaban una forma distintiva de arameo cuyas consonantes descuidadas (¡dejaron caer sus aitches!) fueron el blanco del humor judío.
- Desde el punto de vista religioso, la opinión de Judea era que los galileos eran negligentes en la observancia del ritual adecuado, y el problema se vio agravado por la distancia entre Galilea y el templo y el liderazgo teológico, que se concentraba en Jerusalén.