¿Sera la tierra destruida en el día del juicio? II Pedro 3:10 y su contexto bíblico

1936
  1. La tierra será destruida en el juicio cuando Jesús regrese.

Pero ¿cómo pueden los mansos “heredar la tierra” (Mateo 5:5) si la tierra será destruida al regreso de Cristo? Después de todo, ¿no habla 2 Pedro 3:10 de que la tierra y todas sus obras serán “quemadas”?

La idea de que la tierra será “quemada” se encuentra en la versión RVR 1960, LBLA, y la NVI y la mayoría de las versiones de la Biblia en Español de 2 Pedro 3:10, de ese pasaje.

Esa la versión Palabra de Dios para Todos que da un significado mejor del pasaje.

Donde las versiones mencionadas tienen “será quemada”, la Palabra de Dios Para Todos tiene “La tierra y todas las obras que hay en ella quedarán expuestas ante Dios.” Esto sigue más de cerca la palabra εὑρεθήσεται. La Nueva traducción Viviente dice “y la tierra con todo lo que hay en ella quedará sometida a juicio.”

Resulta que estas traducciones más mencionadas no están en desacuerdo con las otras cómo traducir una palabra griega en particular. Están traduciendo una palabra griega completamente diferente.

Los traductores de la RVR60, LBLA y otras, usan para este pasaje lo que se llama el Texto Recibido del Nuevo Testamento (a veces referido por el término latino, Textus Receptus). Esta fue una edición del Nuevo Testamento griego compilada por Erasmo en 1516, basada en los mejores manuscritos griegos antiguos disponibles en ese momento.

El Texto Recibido, de hecho, tiene la palabra para “será quemado” (katakaesētai).

Pero, desde el siglo XVI cuando se tradujo la RVR, la arqueología ha descubierto muchos otros manuscritos antiguos del Nuevo Testamento griego, y hoy en día la edición del Nuevo Testamento griego que usan las traducciones modernas se basa en manuscritos que son mucho más antiguos que el Texto Recibido.

Está bastante claro que los manuscritos griegos más antiguos de 2 Pedro 3:10 tienen la palabra griega heurethēsetai, que significa “serán hallados o descubiertos”.

En algún momento, un escriba al que se le asignó copiar 2 Pedro 3 cambió parte de la palabra (el final siguió siendo el mismo), probablemente porque pensó que estaba corrigiendo un error.

En esta época de la Edad Media, la visión bíblica original de una nueva creación, que incluía la redención de la tierra, se había perdido en gran medida. La visión de Platón de dejar atrás este mundo físico corrupto por un reino inmaterial de pureza y luz se había convertido en estándar en la teología cristiana.

Tal vez podríamos ser menos estrictos con ese escriba, ya que el tenor general de 2 Pedro 3:10–14 parece respaldar una imagen general de destrucción. Estos versículos describen el derretimiento o incineración del cosmos (específicamente, los cielos y los “elementos”) con gran calor al regreso de Cristo.

Sin embargo, un examen más detenido sugiere una imagen diferente a la destrucción del cosmos, ya que solo los cielos y los “elementos” (stoicheia) serán destruidos. La tierra, por el contrario, será “encontrada/descubierta”.

La imagen en 2 Pedro 3 es de Dios destruyendo las fuerzas demoníacas en los cielos (la palabra griega para “elementos” se usa para poderes demoníacos en Gálatas 4:8–9 y Colosenses 2:8, 20) y quitando la capa superior del cosmos (los cielos o cielo), para exponer la tierra al juicio divino (utilizando la imagen del fuego). Los aspectos de esta vívida imagen se encuentran en los textos proféticos del Antiguo Testamento (p. ej., Isaías 24:21; 34:4–5, 9) y se habían convertido en una forma estándar de pensar el juicio cósmico en el pensamiento judío en la época del Nuevo Testamento.

Este sentido de “hallazgo” escatológico en relación con la venida de Dios en el juicio hace perfecto sentido a la exhortación de Pedro a sus lectores: “Por tanto, amados, mientras esperáis estas cosas, esforzaos por ser hallados por él en paz, sin mancha e irreprensibles” (2 Pedro 3:14). Pedro desafía así a sus lectores a estar preparados, por su comportamiento justo, para el día en que el Señor venga a juzgar “la tierra y las obras que en ella hay”.

Según 2 Pedro 3, el juicio de la tierra no resultará en su destrucción, sino en su limpieza (la imagen es de purificación por fuego). De hecho, incluso los cielos no serán estrictamente destruidos, sino limpiados. El texto habla sólo de la “destrucción de los impíos” (2 Pedro 3:7) y promete “nuevos cielos y una nueva tierra, en los cuales mora la justicia” (2 Pedro 3:13).

Estudio originalmente dado por J. Richard Middleton: https://www.gospelrelevance.com/2018/10/22/5-common-misconceptions-about-heaven-and-the-afterlife/