¿Se necesita derramamiento de sangre para el perdón de los pecados?

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La pregunta central de este artículo ha sido un punto de tensión entre judaísmo y cristianismo: ¿Es realmente necesario el derramamiento de sangre para recibir el perdón de los pecados? Basándonos en el estudio Is Atonement Possible Without Blood? A Jewish‑Christian Divide de TheTorah.com (Brettler & Levine, 2021), exploraremos cómo ambas tradiciones interpretan los pasajes bíblicos clave, especialmente Hebreos 9:22, y analizar las prácticas del Yom Kippur y otras fiestas judías relevantes.


1. La visión bíblica del derramamiento de sangre

El Antiguo Testamento presenta varias instancias donde el sacrificio de sangre es simbolizador de vida (Levítico 17:11):

“…la vida de la carne está en la sangre… y yo la he dado para hacer expiación sobre el altar por vuestras almas.”

Y en Éxodo 24:8, Moisés rocía sangre sobre el pueblo y declara:

“He aquí la sangre del pacto que Jehová ha hecho con vosotros…”.

Además, en Números 35:33 se advierte que la sangre contaminada puede profanar la tierra de Israel. Estas imágenes crean un fuerte vínculo entre sangre, alianza y purificación.


2. Hebreos 9:22 y la teología cristiana

El Nuevo Testamento, en Hebreos 9:22, afirma:

“Y casi todas las cosas, según la ley, se purifican con sangre; y sin derramamiento de sangre no se hace remisión.”

Esta afirmación se convierte en fundamento para la doctrina de la expiación vicaria de Cristo, donde el sangre derramada de Jesús es vista como el sacrificio final y suficiente. Textos como Mateo 26:28, Marcos 14:24 y 1 Pedro 1:19 refuerzan esta conexión sacrificial del nuevo pacto.


3. La posición rabínica posterior al Templo

Desde la destrucción del Templo en el año 70 d.C., el judaísmo rabínico reformula la expiación. Para muchos rabinos, ya no es necesaria la sangre para obtener perdón. El énfasis cambia a:

  • Teshuvá (arrepentimiento sincero)

  • Tefilá (oración)

  • Tsedaká (caridad y buenas obras)

Por ejemplo, el Talmud enseña que “no hay expiación sin sangre” (Yoma 5a), pero también reconoce que el arrepentimiento y la misericordia sustituían al sacrificio. Según el Midrash, los actos de bondad valen más que los sacrificios, citando Oseas 6:6:

“Porque misericordia quiero, y no sacrificio…”

Incluso se permite que personas pobres ofrezcan harina como sustituto (Lev 5:11‑13) o incienso (Números 17:12‑13). En Isaías 6:6‑7, Isaías es purificado por un carbón encendido, no por sangre, lo que subraya que la expiación puede ser espiritual, no meramente ritual.


4. El papel del Yom Kippur y otras fiestas judías

El Día de la Expiación (Yom Kippur) se centra en los sacrificios del sumo sacerdote y el machacar (caprón expiatorio), que lleva los pecados del pueblo al desierto (Levítico 16). Aunque la sangre es central, los rabinos interpretan que las prácticas posteriores al Templo —incluyendo las oraciones y la teshuvá— son formas espirituales de expiación igualmente válidas.

Durante festividades como Rosh Hashaná y Yom Kippur, los judíos recitan Unetaneh Tokef, que proclama:

“Teshuvá, tefilá y tsedaká anulan la severidad del decreto”.

Esto muestra que las fiestas judías mantienen viva la experiencia del perdón sin culpa, incluso sin sacrificio.


5. Comparativa teológica: sangre o arrepentimiento

Tradición Enfoque central Base bíblica y rabínica
Cristianismo Sacrificio único y suficiente Hebreos 9:22; Mateo 26:28
Judaísmo rabínico Arrepentimiento y obras Lev 5:13; Isaías 6:6‑7; Midrash

El cristianismo reformado destaca el derramamiento de sangre como requisito del perdón según la expiación penal. En contraste, el judaísmo enfatiza que Dios puede perdonar sin sangre, a través de una relación genuina, arrepentimiento, oración y justicia.


6. ¿Qué enseña realmente la Biblia?

Algunos pasajes del Antiguo Testamento muestran perdón sin sacrificio explícito: Salmo 51:16‑17 declara que Dios no desea sacrificios sino un corazón contrito. En 2 Samuel 12:13, David recibe perdón tras confesar su pecado, sin sacrificar otro animal. Jonás enseña que grandes multitudes pueden arrepentirse sin participar en rituales templarios.

Entonces, el derramamiento de sangre simboliza la gravidad del pecado y el costo del perdón, pero no es la única forma ni el requisito absoluto. El verdadero perdón implica humillarse, arrepentirse y volver a Dios.


7. Lecciones para la iglesia hoy (evangélicos reformados, calvinistas y católicos)

  • La expiación de Cristo es única y suficiente, cumpliendo lo que el sistema sacrificial prefiguró.

  • Sin embargo, las Escrituras también enseñan que Dios acepta el arrepentimiento sincero y las obras humildes.

  • En tiempos sin Templo, como el presente, buscar a Dios con humildad, confesión y justicia es bíblico y autorizable.

  • No descalifiques al judaísmo por valerse de medios espirituales; ambos caminos provienen del mismo Dios que ama al pecador pero aborrece el pecado.


Conclusión

¿Necesita sangre el perdón de los pecados? Según Hebreos 9:22, bajo la ley sí. Pero el corazón del mensaje bíblico revela que Dios perdona al que se humilla, se arrepiente y confía en Él. Las diferencias entre sangre, sacrificio y arrepentimiento no son contrapuestas, sino complementarias. Cada tradición, judía o cristiana, aclara un aspecto del mismo mensaje divino: Dios es misericordioso, justo y siempre dispuesto a perdonar.